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Coronavirus COVID 19 – Divorcio y cuarentena

Coronavirus COVID-19 – Divorcio y cuarentena

Son muchas las consecuencias derivadas de la pandemia del coronavirus, aunque algunas de ellas se apreciarán cuando volvamos a la normalidad. Ya sean laborales, familiares o personales, estos días están haciendo que cambiemos nuestra forma de comprender las cosas.

Tendremos cambios en la sociedad y nuevos escenarios personales. Entre estos, podría darse un considerable aumento de los procedimientos de divorcio.

¿Quién no se acuerda de ese bonito día de la boda, celebrando con familia y amigos?, pero el matrimonio es mucho más que eso, y requiere de una convivencia, que estos días se ha visto a prueba. El matrimonio y parejas de hecho formalizada, sean del modo que sean (homosexuales o heterosexuales), es una relación personal contractual «legal» con otra persona con una serie de normas que la regulan.  Por lo que por el mismo modo que es importante su inicio, es muy importante su final.

¿Por qué?

Del mismo modo que siempre se ha destacado que, tras las vacaciones de verano, por lo menos en España, repuntan los divorcios; es de esperar que, debido al confinamiento, y la convivencia intensiva que el mismo conlleva, se repita el mismo patrón que vemos cada año tras la temporada estival.

Si nos fijamos en China (que se encuentra, en lo que al COVID-19 se refiere, en un estadio más avanzado que España), tras el levantamiento de ciertas restricciones, se ha informado en diferentes medios del país de que las oficinas que tramitan estas cuestiones, han recibido un número de solicitudes nunca visto hasta la fecha.

En nuestro país (incluyendo Vigo y Pontevedra), dado que, actualmente, la actividad judicial está parada, salvo en lo que concierne a actuaciones urgentes (entre las que no se incluyen los procedimientos de divorcio), será cuando se retome la actividad de los Tribunales, y nuestra sociedad en general vuelva a la normalidad, cuando las desavenencias y desencuentros familiares surgidos del confinamiento se empiecen a materializar en forma de terapias familiares, mediación, e incluso en presentación de demandas de divorcio, con el objetivo de poner fin a la relación sentimental y, en definitiva, al vínculo matrimonial.

Nuestra recomendación:

Dado lo delicado de esta materia, desde Abogados Vigo 10 recomendamos siempre que, tomada la decisión de finalizar el matrimonio, se abogue por la vía del mutuo acuerdo, a través de una mediación que permita una solución lo menos traumática posible; siendo la vía contenciosa la última opción.

La solución consensuada permitirá a ambas partes priorizar sus intereses, siendo ellos quienes deciden sobre todos los extremos: custodia compartida o exclusiva de los hijos, régimen de visitas, pensión de alimentos, adjudicación del domicilio familiar y el uso de otros bienes… Nadie mejor que los cónyuges para decidir sobre estas cuestiones, adaptándolas a sus circunstancias personales, y evitando, así, que un tercero resuelva desde fuera sobre cuestiones de la familia, cuya  realidad diaria no conoce.

Además de estas ventajas del divorcio de mutuo acuerdo, todo esto redunda, a la postre, en una mejor gestión emocional del proceso, incluido desde el punto de vista de los menores, si los hubiere, cuyo interés debe ser siempre la prioridad de todos los intervinientes en este proceso.

En caso de canalizar el divorcio por esta vía, ambos cónyuges, representados y defendidos por el mismo procurador y abogado, presentarán las medidas adoptadas de forma consensuada ante el Juzgado, y firmadas por ambos, para su aprobación. En este caso, el abogado actuará en defensa de los intereses de ambos, plasmando el acuerdo alcanzado en función de sus intereses, en  un convenio regulador que se presentará ante el Juzgado.

El único requisito legal existente, con carácter general, para que un cónyuge, o ambos, puedan iniciar un proceso de divorcio, y éste sea decretado por un Juzgado, es que hayan pasado tres meses desde la celebración del matrimonio.

¿Y si no llegamos a un acuerdo?

Si no fuese posible esta solución consensuada, habrá de ser una de las partes la que inicie el proceso contencioso, que, como ya hemos dicho, será resuelto por un tercero, lo cual puede implicar una solución mucho menos adaptada a la realidad de la familia, y un importante desgaste emocional, que, por desgracia, muchas veces apreciamos en nuestros clientes. Por ello, esta debe de ser siempre la última opción, una vez agotadas todas las posibilidades de mediación.

Por todo esto, si te encuentras en una situación como la descrita, en Abogados Vigo 10 ponemos a tu disposición un equipo especializado en derecho de familia, y comprometido con la confianza, como eje de la relación con nuestros clientes, a la hora prestar asesoramiento en asuntos familiares tan delicados, especialmente cuando existen hijos menores, cuyo interés, recalcamos, es siempre el superior, procurando la resolución más conveniente para ellos y sus progenitores.

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